Micro Web'adas, para alegrar una mañana
Micro relatos, publicados a través de Editorial Opalina Cartonera
En un mudo atomizado por la mega comunicación y las infinitas y grandes “Verdades” vamos perdiendo la capacidad de detenernos para mirar, oír y observar, construyendo la paradoja de la incomunicación en la carretera de la mega información.
Todo parece gigante, nuevo, definitivo y al final corremos tan rápido que la vida termina pasando sin darnos cuenta. Olvidamos los detalles que construyen la vida y su sentido. Y lo más triste de todo es que nos vamos olvidando de la chispa de sonreír que tan bien le hace a corazón y alma.
“MICRO WEB’ADAS PARA ALEGRAR UNA MAÑANA” nos invita a detenernos un instante para analizar pensar en numerosas situaciones cotidianas con un tenor de reflexivo humor, algo así como un bálsamo para poder mirar tantas situaciones que pasan y se quedan en nuestros cerebros sin darles la oportunidad de verlas con distinto prisma; por ejemplo, con el tan escaso bien que es la constructiva risa.
En “MICRO WEB’ADAS PARA ALEGRAR UNA MAÑANA” podemos encontrar esos pasajes de reflexión con el interesante agregado que se pueden leer en distintos momentos y encontrar diferentes conclusiones.
“MICRO WEB’ADAS PARA ALEGRAR UNA MAÑANA” es un libro que su interior está vivo y cambia según el lector y el momento de la lectura. Nos abre la puerta para que al menos por un instante miremos la vida con alguna distancia. Pues como decía el gran Charles Chaplin: “La vida mirada desde cerca es una tragedia. Mirada desde lejos es una comedia”
Roberto Castillo
Comunicador audiovisual.
Publicista.
Profesor de psicología y estética de la comunicación y escritor
Entrevistas bajo la Higuera con el Cola e'flecha
January 01, 2020
Micro relatos, publicado digitalmente en forma independiente
¿Quién no ha deseado alguna vez sentarse frente a frente con el famoso Diablo o Lucifer o Maligno y tener una charla amistosa y de paso darse el lujo de reclamar por lo que se estime y que uno sienta lo ha perjudicado?
Pues yo me di ese lujo y lo invoqué en un lugar neutro y que estuviera a gusto. Fue así que nos sentamos a conversar de todo, incluida la inmortalidad del cangrejo, bajo una Higuera con el Cola e’flecha.
El Autor